PERCEPCIONES

¿Te has planteado alguna vez lo mucho que puede cambia un lugar, según las circunstancias en que te encuentres?

Recuerdo que en 2019 viajé a Bélgica dos veces seguidas, una en verano y otra en otoño ya que mi hermana se encontraba allí de Erasmus. Es increíble lo que cambió de una época a otra.

A día de hoy, analizando las fotos y reflexionando sobre ello, creo que sería incapaz de decantarme por una de las dos estaciones a la hora de visitar la ciudad.

En verano todo es mucho más agradable, sobre todo teniendo en cuenta el frío que hace, visitar los edificios más emblemáticos como el Palacio de Justicia o la Catedral San Miguel y callejear con 25ºC al sol, no tiene precio, es una buena época para disfrutar de la capital europea, Bruselas . En cambio, observar los paisajes Belgas durante el otoño es maravilloso y más si visitas ciudades como Gante, Brujas o Amberes, ciudades con muchos árboles y parques, que durante los meses de otoño dejan imágenes coloridas y pintorescas, reflejadas en sus edificios gremiales de la época dorada.

No solo se respira ambientes diferentes dependiendo de la estación sino que la forma en la que percibimos los edificios también varia, cambian sus colores, el tipo de luz con el que los observamos o incluso su forma, es curioso como un simple hecho como es el clima puede influir tanto sobre la arquitectura, bueno mejor dicho sobre nuestra percepción acerca de la arquitectura.

A continuación adjunto algunas imágenes relacionadas con la arquitectura tomadas durante ambos viajes, en ellas se puede apreciar la diferencia de la que hablo en los párrafos anteriores

Bélgica en verano

Bélgica en otoño